viernes, 4 de abril de 2014

Lo que aprendí de mi maleta


Pocos profesores enseñan tanto como una maleta vacía. 

Después de tantos años de viajes, mudanzas, seminarios y placer, mi maleta me enseñó algo tan importante como  entender que 10 kilos son 10 kilos.

Puedes enfadarte con la compañía aérea, con tu pareja o contigo mismo pero cuando tienes que viajar con tu pequeña maleta te das cuenta de que es lo importante para ti. Aprendes a que si no te desprendes de lo innecesario es imposible emprender el viaje.

Cuando llegas a tu destino siempre extrañas algo, cada viaje es una lección. “Esta vez puedo llevar menos maquillaje, 2 pares de zapatos son suficientes, necesito más espacio para traer regalos a la vuelta”.
Y así, viaje a viaje, tu técnica se perfecciona y sabes que cargar en ella casi sin pestañear.

Mi última lección quiero que sea la de aprender a viajar sin maleta, a disfrutar del viaje con nada más que lo puesto. Cada kilo que llevo a mi espalda, cada objeto innecesario me impide viajar con comodidad, pero cada vez que llega el momento de hacer de nuevo la maleta sigo sintiendo que “necesito” 10 kilos para poder volar.

Que cosa tan sencilla hacer una maleta, ¿verdad?

Pues hoy os propongo que imaginemos nuestra vida como de ese viaje con maleta de mano se tratase, imaginar los sentimientos negativos y las personas destructivas como objetos pesados y a todo lo positivo que te rodea como livianas prendas de las que no puedes prescindir y dime ¿de que está llena tu maleta ahora?

Y eso queridos amigos… ha sido mi reflexión viajera prevacacionera!
A seguir creando y compartiendo!!!

Un abrazo!!