domingo, 2 de abril de 2017

De ferias y eventos de postín

Recuerdo la primera vez que entré en una feria de belleza, en Madrid, perdida entre sus pasillos y sus multitudes me embriagaba esa sensación... de no entender muy bien de que iba un evento de tal magnitud.
La realidad es que hoy, unas cuantas ferias después y tras haber podido asistir a alguna fuera de nuestras fronteras, me siento igual de perdida. Más indicaciones y la entrega de un programa a la entrada facilitaría mucho las cosas.

A nivel personal me encantan pues me permiten ver y charlar con compañeros con los que sólo coincido en este tipo de acontecimientos, gracias a estos encuentros fortuitos siempre aprendo algo nuevo y vuelvo a casa llena de energía.

Entiendo que son precisamente eso... puntos de encuentro, carísimos metros cuadrados de encuentros que podríamos encajar mejor en un resort con barra libre quizás en las costas Mexicanas (que os parece para el próximo septiembre..eh?)

De alguna manera, estas fiestas de la belleza que brillan gracias a la inestimable pasión que aportan los que organizan eventos y preparan con tanto mimo sus stands, quedan opacas ante la falta de organización y, perdonad mi osadía, la falta de valor que le damos al ofrecer entradas gratuitas.

Quizás ha llegado el momento de ser más arriesgados y cobrar entrada a cambio de algo que valga la pena pagar.
Una feria donde el profesional que busca ser sorprendido, que busca la novedad, la calidad, el probar productos nuevos o entrar en contacto con marcas nuevas salga de la feria satisfecho.

Quizás estas palabras queden en saco roto pero yo las lanzo a ver si esto de las casualidades de la vida empuja mi mensaje a los oídos que necesitan escucharlo.

He estado en ferias donde hay que pagar una buena entrada, donde el pabellón de ventas está separado de la feria para que ese efecto "mercadillo" no ensucie la imagen de los Stand de Luxe... Ferias que tienen una programación clara (que sabes lo que hay organizado en cada momento y donde...vaya!) y con diferentes actuaciones y demostraciones en mini escenarios y tambien en pasarelas gigantes...
y además al salir te regalan una bolsa llena de productos y goodies que ya hacen que el gasto se vea compensado.

En fin...
sinceramente creo que lo podemos hacer mejor!
Puede que lo que me pase sea que mis mayores me hablaron tan bien de esos eventos en sus años mozos... aquellos llenos de peluquería, glamour y lanzamientos... que la realidad quizás nunca llegue a superar al melancólico recuerdo...

Pero nunca perderé la esperanza!

A seguir creando y compartiendo!